La crítica es bella. Cómo analizar los libros para niños
Ana Garralón
La autora de este artículo, por una parte, nos comenta que existe una
gran producción de libros para niños, por lo que resulta necesario realizar una
crítica fundamentada y una selección de los más adecuados.
Además, nos indica
que es conveniente que los encargados de realizar estas selecciones sean
personas adultas pertenecientes a sectores de la docencia, la psicología y la
pedagogía.
Por otra parte, nos da algunos consejos de cómo analizar los libros
para niños. En primer lugar, hace una breve introducción donde aclara las
diferencias entre seleccionar, evaluar y criticar, ya que considera que es
necesario para poder analizar un libro. Primeramente, seleccionar no implicaría
evaluación, es decir, se realizaría en función de un tema o según criterios
económicos, pedagógicos, morales, etc. Evaluar sería analizar el libro y dar
una opinión sobre él. Y por último, criticar sería expresar la opinión a un
público.
Además, Ana Garralón afirma que los críticos en ocasiones, se
conforman en seleccionar aquellos títulos que más les sugieren o a dar
preferencia a los autores reconocidos, debido a la falta de espacio para
efectuar su trabajo y a la gran cantidad de producciones literarias infantiles.
También, nos presenta la manera en la que Miguel Vázquez Freire
realizaba las críticas, ya que es una técnica que se ha utilizado a lo largo
del tiempo. Esta técnica se fundamenta en diferentes análisis. El análisis
ético-axiológico, donde el crítico debe analizar los contenidos morales, los
valores religiosos y educativos. El análisis psicológico, donde el crítico debe estudiar la psicología de los personajes
y la influencia con el lector infantil. El análisis sociológico, cuando el
crítico estudia la representación de la estructura y los conflictos sociales.
El análisis historicista, donde el crítico busca los antecedentes temáticos y
estilísticos. Y por último, el análisis
formalista, que es analizar la obra desde la teoría.
Para finalizar, comentar que la autora con este artículo pretende manifestar
la falta de espacio de opinión y crítica para la literatura infantil, que hace
que no tengamos una mayor diversidad de opiniones. Dicho en otras palabras,
afirma que si se consigue más espacio de opinión y crítica dispondremos de
instrumentos más útiles para potenciar la literatura infantil de calidad.
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