Las nubes,
artículo de la obra Castilla de
Azorín, toma como referencia la obra de Fernando de Rojas, La Celestina, a la que el autor le reescribe el final. Lo que
pretende es modificarlo absolutamente, pasando de la tragedia a un final feliz,
reflejando hasta el mínimo detalle de la preciosa vida de Calisto y Melibea
después de casarse.
El
autor, utiliza las nubes como un símbolo del paso del tiempo y va explicando la
historia, relacionándola y comparándola con estas.
El
texto, repleto de descripciones, está dividido en tres partes. En la primera,
se centra en detallar la maravillosa casa en la que vive la pareja y la hija
tan esbelta, bonita e inteligente que tienen. En la segunda, Calisto reflexiona
sobre el paso del tiempo, dando a entender que todo pasa y todo vuelve, con
frases como: Las nubes son —como el mar— siempre varias y siempre las mismas. Sentimos mirándolas
cómo nuestro ser y todas las cosas corren hacia la nada, en tanto que ellas
—tan fugitivas— permanecen eternas.
Finalmente,
en la tercera, explica la situación en la que Alisa conoce a un joven de la
misma forma en la que lo hicieron sus padres, apreciando claramente la idea del
paso del tiempo y del eterno retorno.
La
verdad, me ha parecido atrevido y al mismo tiempo atractivo, el cambio tan
radical que ha tenido Azorín de reescribir el final de La Celestina, considerada como una de las obras más importantes de
la historia de la literatura española.
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